Trabajar en la Antártida era un aburrimiento sin sentido. Hasta que encontré un par de esquís.
Nada más terminar la universidad, Leath Tonino viajó a la Antártida para experimentar el paisaje helado de los héroes de exploración de su infancia. La rutina diaria era un poco aburrida (palear nieve para el gobierno de Estados Unidos) hasta que un par de esquís delgados liberaron el potencial de la vasta extensión nevada.
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Mi lugar favorito en la meseta de la Antártida Oriental, el desierto más alto, más seco, más frío, más ventoso y más muerto del planeta, es el Love Shack: una caja de madera contrachapada sin aislamiento del tamaño de un modesto baño, pintada de negro para absorber la luz del sol las 24 horas, equipada con una silla, un escritorio, un catre y un montón de mantas de algodón tosco. Se rumorea que los investigadores y trabajadores de la estación Amundsen-Scott del Polo Sur, que se encuentra a unas dos millas de distancia, ocasionalmente necesitan un refugio para el romance, algo en lo que traté de no pensar cuando estaba allí. Como una escuela preparatoria o una base militar, la estación es insular, un complejo de laboratorios, talleres, dormitorios y depósitos de suministros, y los 250 habitantes durante el verano austral se ven en apuros para encontrar suficiente privacidad para sus ( ejem) necesidades.
En mi caso, el de un vermontés de 22 años que en 2008 abandonó a su maravillosa novia universitaria para perseguir lo inefable en el fondo del mundo, el Love Shack era una ermita estrictamente célibe: lápiz, libreta, un par de latas de Speight's. Gold Medal Ale, un inmenso silencio interrumpido por el castañeteo de los dientes. Con frecuencia pasaba las tardes de los sábados abrigada con sólo nubes amorfas como compañía, temblando y mirando a través de la ventana de plexiglás, contemplando simultáneamente el extenso páramo abiótico y, bajo ropa interior térmica, un suéter de lana y una gruesa parka roja con volantes, mi propia ombligo. La idea era espaciar el espacio hacia afuera y hacia adentro. Tocar el borde, el borde donde el interior y el exterior convergen. Tómate un tiempo a solas con The Ice.
Pero me estoy adelantando.
Lea Tonino